domingo, 20 de octubre de 2013

Un autor/lector modelo para Tlon Uqbar Orbis Tertius... para todo aquel que lo leyere, lo oyere leer o lo comentare.


Ahora, recuperado ya del aturdimiento sicosocial que produjo en mi la lectura de  Tlon Uqbar, intento descifrar el autor modelo que esta detrás de este magnifico cuento y un posible lector modelo en base a lo que nuestro infaltable amigo Eco dispone y según los mandatos de Sir Alex Lambarry.

El texto en Tlon ya de por si exhala erudición (un ejemplo es el titulo que nos llega como batacazo) y un grado de conocimiento previo bastante amplio (ni tanto, a lo mucho un poco), pues el enganche inicial “la copula y los espejos son abominables por ser multiplicadores de hombres” presenta una cuestión filosófica de primer grado… ¿acaso nuestro autor modelo era enemigo de la progresiva reproducción humana? He aquí  una primera interrogante que forzosamente nos invita a la cuestión. Ahora, se habla sobre una enciclopedia  tomada como copia infiel de otra enciclopedia (suena polígamo pero así es), fundamento este de lo que se narra, necesariamente nuestro autor nos solicita el conocimiento de esa enciclopedia y el segundo enganche de la lectura se desvela: una enciclopedia de renombre que no menciona la ubicación o información mas precisa sobre Uqbar… estamos ante algo falseado o pretendidamente ficcional pues la historia es contada desde la mirada de un narrador que vivió (o vive materialmente) la situación.

Si nos posicionamos en la ausencia de autor  (ya se sabe que este se encuentra muerto y enterrado) implica una sensación de omisión al relato, una sensación de vacío que nos lleva a lo profundo de la historia: estamos ya ante la descripción de Tlon y su contexto. Nuestro maléfico autor modelo nos aplica un “shock” imaginario y avanza sobre la narrativa del sitio, habla de política, pensamiento, orden, comportamiento, ubicación, condición  en Tlon. Y este autor solicita un grado de imaginación a su lector mas allá de las limitantes ataduras del pensamiento imaginativo convencional:  la plena visualización de un sitio fuera de la ubicación espacio-tiempo de lo real en el plano de la irrealidad de una mente siniestra y retorcida (jaja si no fuera de corte siniestro, seria un cuento como muchos otros) buscando una inserción  de desvario en el razonamiento.

Nuestro autor modelo busca una reacción sicótica, una visita al siquiatra o la posibilidad de expansión de la mente en base a relaciones de conocimiento y proyección de partes oscuras de la imaginación no iluminadas ( ¿el dark side of the moon?).

Si el autor proyecta un reto al instante imaginario que proponga el lector, busca infligir en el, la necesidad de buscar ese manantial de información del cual brota el deseo de imaginar, materializar lo inmaterial y de rastrear la fuente informativa que le produce tal situación  (llegados a este punto ese manantial es la mente maestra de nuestro autor), una avalancha de relaciones intertextuales que amplían (o necesariamente tendrán que ampliar) su baúl de conocimientos.

Infaltable la mención de la paradoja o acertijo enigmático, mágico, místico de las monedas y lo sujetos X, Y, Z. Nuestro avispado autor ahora introduce una efervescencia magistral a nuestra ya aturdida y vapuleada imaginación (a estas alturas el riesgo de un infarto cerebral es mayúsculo jajaja) a manera de enunciado que apela al juicio y la buena receptiva intelectual del lector, con solo ese juego de palabras, la lectura se detiene para observar y desentrañar el misterio de esa alocada y desquiciante situación, el lector sufre y se desvela por hallarles el sentido (como que me sabe a Don Quijote) pero falla y se detiene sobre el vaivén del desconcierto a reflexionar (lo que a mi el sudoku o esos cubos de colores diabólicos).

Hasta aquí hemos procurado darle seguimiento a la pista escurridiza de nuestro autor modelo, sujeto lleno de conocimiento (y trampillas desde luego) bastante enriquecedor. No queda muy claro la estrategia Napoleón-Wellington que ha utilizado para darle a la estructura del texto el momento en el que busca la victoria del adversario: el lector depositario de su contenido ( palabras de Humberto).

Toca el turno del lector modelo, el destinatario que tiene como finalidad y protagonismo llevar al máximo el potencial que se puede desarrollar según el contenido del texto (obra subversiva de nuestro autor) y profundizar en el según su bagaje cultural. De entrada debe se r capaz de explorar los limites de la imaginación. No una imaginación fingida o comprada, una imaginación receptiva y adaptable , maleable, alocable, distorsionable. Para una imaginación (o mente) lineal, cuadrada, obcecada y obtusa seria un texto con mas confusión que difusión, algo que no busca satisfacer esa felicidad humbertoeconiana que terminara propagando el potencial del texto sino todo lo contrario. Necesariamente una imaginación dispuesta a elevar sus fronteras.

La cantidad de conocimientos dentro del lector también es un ingrediente valioso, pues se sobreentiende que si nuestro lector modelo tiene (o ha tenido) contacto con una cantidad mayor de textos que se relacionen entre si por los contenidos, la asimilación y posterior desdoblamiento del contenido potencial (idea primaria surgida de nuestro autor modelo)será enteramente disfrutable y llegaremos con ello a la tan anhelada felicidad (si, la tan afamada felicidad humbertoeconiana).

Y finalmente, nuestro lector modelo deber aceptar el desafío de atreverse a descubrir uno a uno todos los entresijos depositados en el cuerpo del texto, sabedor de que reconocerá unos, desconocerá otros pero que esta muy favorable situación le llevara a conocimiento que tal vez no imaginaba: el contenido potencial desarrollable en la mente siniestra del autor modelo, plan original de todo este embrollo.

Pues bien, siendo las 12:05 de la madrugada del lunes, con una elevada cantidad de cafeína en mi cuerpo y próximo ya a caer en el paroxismo del sueño, finalizo estas líneas donde, en mi muy particular punto de vista, sigo la pista del posible autor/lector modelo de  la genialidad que es Tlon Uqbar Orbis Tertius.

P.D.: Tu autor ha muerto… RIP.

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